Antonio Sandoval El Financiero 5 de marzo de 2014
En enero de ese año la Consar determinó hacer una reasignación de cuentas, lo que marcó el desplome de Afirme ya que perdió prácticamente el 85 por ciento de sus clientes
La Afore Afirme-Bajío inició sus operaciones hace diez años, llegó al mercado en 2004 como una asociación entre dos bancos regionales.
Su vida fue accidentada desde un principio, en los primeros años de operación se colocó como una de las instituciones que menor rendimiento pagaban y pocas veces pudo salir de tan deshonroso sitio.
No se sabe si fue precisamente por los rendimientos bajos que pagaba, por la poco presencia a nivel nacional, por una mala estrategia comercial o por una combinación de los tres factores anteriores, pero nunca pudo captar una cantidad de clientes importante, lo que fue claro cuando en enero de 2012 la Consar aplicó el sistema de reasignación de cuentas previamente fijado y dejó a varias Afore sin una base importante de clientes, entre ellas Afirme-Bajío, después de Inbursa fue la institución que más clientes perdió, pero a diferencia de ésta su base de clientes realmente quedó evidenciada, era muy pequeña; en los hechos, ese fue el principio del fin.
La aventura continuó dos años más, la institución estaba desahuciada pero probablemente su plana directiva tenía la esperanza de modificar la tendencia ante los movimientos de los afiliados que se generaron con las minusvalías, esperanza vana.
El tiro de gracia llegó en diciembre pasado, la institución volvió a perder clientes, sus números en la materia eran irrisorios, ni siquiera 70 mil clientes en un mercado en el que el jugador más grande contaba con alrededor de 11.7 millones de cuentas propias y 5 millones más asignadas por Consar, 16 millones de cuentas frente a menos de 70 mil, era absurdo por cualquier lado.
Quizás una de las lecciones que nos deja Afirme-Bajío es precisamente la de cuidar el tamaño de los jugadores, entendemos que el agente regulador no tenga porqué fijar cuotas de mercado, la competencia es libre; pero sí mantener muy de cerca la lupa con instituciones que se van rezagando en tamaño.
Afore Afirme-Bajio aparentemente nunca estuvo en peligro de quiebra, o mejor dicho los afiliados a dicha institución nunca estuvieron cerca de perder sus ahorros, pero una Afore demasiado pequeña siempre será un riesgo.
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